Las manifestaciones de este cambio se pueden observar prácticamente en todos los aspectos de la vida y, por supuesto, de manera muy clara en las expresiones artísticas y culturales.
Arte y Educación
Una vez terminada la lucha armada, fue inminente la reconstrucción del país. El general Álvaro Obregón, electo presidente en el año 1920, consideró que la educación era el medio más adecuado y eficaz para pacificar al pueblo que apenas salía de un periodo de barbarie y violencia.
A partir de esa profunda convicción, el general Obregón nombró como secretario de Educación Pública a José Vasconcelos, quien al enfrentarse al problema de cómo educar a un pueblo cuya inmensa mayoría era analfabeta, encontró en el arte una serie de cualidades que lo hacen un medio adecuado para transformar a la población.
Los Murales del Pueblo
El movimiento muralista abarcó prácticamente medio siglo, de 1920 a 1970. La pintura mural mexicana como expresión artística y política fue una respuesta que puso al arte y la cultura al servicio de la sociedad y del gobierno revolucionario.
Los principales representantes de esta corriente pictórica, a instancias del secretario de Educación Pública, utilizaron los muros de varios edificios públicos para plasmar sus ideales, señalar y denunciar a los explotadores del pueblo trabajador, de los campesinos y de los obreros.
Como movimiento artístico contrario a los dictados de un academicismo ya obsoleto, las obras del muralismo mexicano, plasmadas en grandes muros de edificios como el de la Secretaría de Educación Pública y el de la Escuela Nacional Preparatoria, pertenecían al pueblo.
Construir Nuestra Identidad
A través de la pintura mural mexicana también se buscó un elemento para unir a la sociedad y construir una identidad nacional común. La pintura mural reconoció que los mexicanos, sin excepción, tenemos un pasado indígena, compartimos una misma historia y cultura como elementos constitutivos de nuestra nación.
Los Muralistas
El muralismo mexicano influyó fuertemente las expresiones pictóricas de muchos de los artistas latinoamericanos e incluso norteamericanos, al ser el hilo conductor que reunió las más variadas expresiones políticas.
Entre los principales muralistas destacaron Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Pablo O’Higgins, estadounidense nacionalizado mexicano y discípulo de Diego Rivera, quien participó activamente en el ambiente cultural y político del país.
Autor: Leticia Barragán López
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