Llega en 1911 de su natal Oaxaca a la ciudad de México, integrándose al negocio familiar: venta de frutas en el mercado de la Merced. A partir de tal condición es posible entender que el color de la guayaba, la pitahaya, las mandarinas o las naranjas estén presentes en las obras del destacado artista, incluso que las sandías se hayan convertido en figuras representativas de su propuesta.
En 1915 toma por dos años lecciones de dibujo, para posteriormente inscribirse en la Academia de San Carlos, donde estudiará por cuatro años más. En su obra queda la influencia del arte prehispánico, al ser heredero de la rica cultura zapoteca, así como porque en 1921 es nombrado jefe del Departamento de Dibujo Etnográfico en el Museo Nacional de Arqueología de México.
A mediados de esa década logra exponer en el Art Center de Nueva York y en 1932 es nombrado director del Departamento de Artes Plásticas de la Secretaría de Educación Pública.
Lo cierto es que al oaxaqueño se le clasifica junto con artistas como Agustín Lazo y Julio Castellanos, por su rechazo a los planteamientos "revolucionarios" que los llevaron a adoptar una búsqueda más personal de expresión.
Desde los años 30 exhibió regularmente en Estados Unidos e impartió desde 1946 un taller de pintura en Brooklyn; el hecho de vivir en uno de los países protagónicos de la Segunda Guerra Mundial dará lugar a que en su obra quede reflejado el desconcierto provocado por la bestialidad humana, lo cual puede percibirse en las diferentes etapas de la trayectoria del artista -estas serían: de inicio, la de tipo expresionista, seguida por la cubista y posteriormente la abstracta; esto quiere decir que en sus obras las figuras van desapareciendo quedando zonas de color que transmiten una gran emoción al espectador-.
Tamayo destacó como pintor, muralista y grabador. En la década de los 50 adopta las vinylitas sobre tela, con las que pinta, entre otros, el mural "Nacimiento de nuestra nacionalidad" (1952), localizado en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
Otros ejemplos de su obra se encuentran en el edificio de la UNESCO, en París; en el Banco del Suroeste, en Houston, Estados Unidos; entre muchos otros. Tamayo es tema del que se producen diferentes obras cinematográficas: "Tamayo", de Max Pol (1970) y "La vida artística de Rufino Tamayo", de H. Cokin (1973).
Le otorgaron el Doctorado Honoris Causa la Universidad de Manila (1974); la Universidad Nacional Autónoma de México (1979) y la Universidad de San Francisco, California (1982).
Se le otorgaron también el Premio Nacional de Artes (1964), el Colouste Gulbekian, por el Instituto de Artes de París (1969); la Legión de Honor de Francia (1970); el grado de comendador por la República de Italia (1971); la denominación de Hijo Predilecto, por el gobierno de Oaxaca (1972); la Copa de Oro de Florencia (1975), y el galardón Albert Einstein, por el Technion Institute de Israel (1983).
A la edad de 80 años, el Museo Guggenheim de Nueva York le dedicó una exposición retrospectiva, que se agregó a las diferentes exposiciones individuales que han celebrado su obra en las principales ciudades de todo el mundo.
Donó su colección de arte para la creación de dos museos: a Oaxaca le donó en 1974 su espléndida colección de aproximadamente mil 300 piezas prehispánicas, que se muestran en el Museo de Arte Prehispánico Rufino Tamayo y a la ciudad de México, en 1981, su colección de pintura para el Museo de Arte Contemporáneo Internacional Rufino Tamayo, ubicado en el corazón del Bosque de Chapultepec.
Murió en la ciudad de México, el 25 de junio de 1991, sobreviviéndole su infatigable esposa Olga, con quien por cierto no tuvo hijos.
Autor: Antonio Cedeño
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